viernes, 12 de febrero de 2010

El cierre de Cambio y el ”periodismo de denuncia”

Allende La Paz, NotiColombia Press

Los medios del mundo registran el cierre de la Revista Cambio y lloran como si fuera su propia madre la que murió. Desde la izquierda tenemos que decir que Cambio, si bien cumplió un papel en cierta denuncia de la corrupción estatal y narcotraficante, representaba los intereses de la oligarquía -su propietaria- y en no pocas veces jugó el papel de vocera de los medios militares.

Debemos preguntarnos si la Revista Cambio en sus ”denuncias” de, por ejemplo, el narco-paramilitarismo y sus capos no jugaba al mensaje subliminal y paralizador de la expresión popular. Propagandizar las masacres, los mochacabezas, los asesinos de la motosierra, no era una forma de mostrar lo que le podría pasar a los que ”aún estaban vivos”? Habrá que investigar más sobre ésta línea de conducta, pero lo que si era claro es que la Revista Cambio se había convertido en un elemento de la guerra que libra el estado con las guerrillas al publicar sin ninguna investigación los informes de ”inteligencia militar”.

Ello fue claro en la persecución de los exiliados políticos de la U.P., y el PCC, que viven en algunos países europeos y de américa latina, los cuales además de su sufrimiento por el exilio tenían -y tienen- que soportar el dedo inquisidor de las publicaciones de la prensa oligárquica colombiana, entre ellas de la Revista Cambio.

Ello fue mucho más evidente en el caso de uno de los refugiados colombianos, quien creyó estar lejos de la guerra que se libra en Colombia entre la guerrilla de las FARC y el estado colombiano al recibir el refugio político en Costa Rica, mas los señalamientos lo perseguían, hasta el punto que en 2005 la policía colombiana -una persona muy parecida físicamente a Jorge Noguera, entonces director del DAS- llegó a ese país y con la complicidad de la DIS -similar del DAS-, y de quien sabe quiénes más, le montaron una encerrona a ese refugiado en la propia dirección general de Migración para finalmente proponerle que ”trabajara” con ellos porque sabían que él tenía ”acceso a la comisión internacional de las FARC”, creencia a todas luces incierta.

Ante el peligro que para su vida significaba semejante ofrecimiento y el montaje de un secuestro al estilo Rodrigo Granda, la ACNUR le consigió re-asentamiento en Suecia. Mas la Revista Cambio se prestó al juego de la ”inteligencia militar” para, bajo una fementida persecución a las FARC, señalar a ese médico y continuar la persecución, la cual terminó en un derrame cerebral por el stress permanente vivido por el médico y su familia, y el estrés post-traumático que aún arrastra en su vida.

Quien tenga dudas puede accesar al siguiente artículo: ”Otro diplomático al pote”, publicado por la Revista Cambio el 17 de septiembre de 2005 y comentado y denunciado por el periodista sueco Dick Emanuelsson en artículo publicado en Argenpress, La Fogata Digital e Indymedia Colombia. La Asociación Jaime Pardo Leal de Estocolmo, a la cual pertenece el Dr. Vanegas, hizo llegar una comunicación a la Revista Cambio y el silencio fue la respuesta [ver en poper-deorumars.blogspot.com]

En 24 julio de 2006 la Revista Cambio vuelve a las andadas y publica un artículo titulado ”La Franquicia Terrorista” y cambia un poco los apellidos del médico pero todo el mundo entiende a quién se refiere: ” Entre ellas figuran una sociedad con sede en Costa Rica, cuyo representante es un médico de apellido Vargas Toloza...”

Este ejemplo es una muestra que no hay que llorar por el entierro de segunda que le da la Casa Editorial El Tiempo a la Revista Cambio. Sus razones tienen y entre ellas quizás esté la que algunos medios señalan como que le cobran por ”el periodismo de denuncia” que desarrollaba desde sus páginas. Lo que realmente ha pasado con la Revista Cambio es el reacomodo del gran capital monopólico y a la Casa Editorial no le interesa ese tipo de periodismo porque la denuncia de la corrupción de su estado y su sociedad está en contravía de su posición de clase. 

Tenemos que estar claros que lo que mueve a la Casa Editorial El Tiempo no son los principios éticos del periodismo sino si ese ”periodismo” es rentable o si es incómodo para los que pagan sus sostenimiento, entre ellos, claro está, el régimen narco-paramilitar de Uribhitler. El periodismo de denuncia tenemos que desarrollarlo los medios que realizamos nuestra labor al lado del pueblo. Esperar que los grupos monopólicos de prensa luchen y desarrollen el ”periodismo de denuncia” no es más que una soberana tontería ya que las oligarquías, los grupos monopólicos y el imperio no van a criar ”cuchillo para sus gargantas”.

No debemos olvidar que como dijera Carlos Marx: ”La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de Ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados”.

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Artículos relacionados:
”Otro diplomático al pote” Revista Cambio. Septiembre 2005.
”La franquicia terrorista” Revista Cambio. 24 julio 2007
En la pista del computador de Raúl Reyes todos los montajes sirven
por DICK EMANUELSSON Y HERNANDO VANEGAS

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